Detectando y afrontando el bullying

Aproximadamente el 45% de lxs niñxs entre los 8 y 11 años han sufrido bullying. Estamos hablando de que casi la mitad han sufrido algún tipo de acoso escolar durante este período de tiempo, por lo que, como podéis intuir, la gravedad de esta problemática hace que sea uno de los principales motivos de consulta en el área infantojuvenil de la psicología clínica y educacional. España se posiciona como el séptimo país con más casos reportados de bullying, dato que ni siquiera es totalmente representativo ya que mas del 80% de los casos no llegan a transmitirse ni al equipo docente ni a familiares.

Pero ¿a qué llamamos bullying exactamente? A lo largo del tiempo, el concepto de bullying también se ha ido transformando y adaptando a los cambios de la época, centrando su foco de atención en colectivos que han ganado visibilidad y en utilizar nuevos medios para llevarlo a cabo. Existen varios tipos de bullying, pero todos tienen en común la presencia de conductas intimidatorias y/o agresivas tanto psicológicas, sexuales y/o físicas hacia la víctima insistentemente y durante un período de tiempo.

Como mencionamos anteriormente, el acoso puede presentarse de varias maneras.

  • El acoso de tipo social es uno de los más frecuentes y complejos de identificar ya que, al caracterizarse por el aislamiento de la persona por parte del acosador, en ocasiones se relaciona con que el/la niño/a o adolescente tenga una personalidad introvertida. En esta forma de bullying, el objetivo del acosador/xs se centra en no permitir que la víctima se integre en el grupo, suprimiéndole la posibilidad de desarrollar actividades colectivas e imposibilitando que tenga un sentimiento de pertenencia social.
  • Por otro lado, tenemos el acoso físico. Este tipo de bullying se caracteriza por la utilización de conductas agresivas como empujones o palizas para intimidar y ridiculizar a la víctima, o bien llevando a cabo algún acto vandálico como romper o robar algo de la persona acosada para ejercer su supremacía y coaccionar al niñx o adolescente.
  • Otra metodología de bullying es el acoso verbal, en el que la víctima es rechazada por sus acosadorxs por medio de apodos o insultos, generando así en la persona acosada baja autoestima y sensación de soledad respecto al grupo. Podemos decir que el acoso verbal guarda cierta relación con el acoso psicológico, pero la gran diferencia es que la finalidad de utilizar burlas y minusvalorar a la víctima no es otra que dañar la imagen de sí mismx e invalidar su autoestima para anularle psicológicamente.
  • Finalmente, podemos decir que en estos últimos 20 años ha aparecido una nueva modalidad de acoso, el ciberbullying. En este caso las víctimas son acosadas, amenazadas y coaccionadas por los medios digitales, principalmente a través de las redes sociales. Sin duda, hablamos de un tipo de acoso que ha cobrado fuerza en las últimas décadas y que se ha convertido en uno de los modos de acoso más peligroso tanto por el precoz contacto de lxs niñxs y adolescentes con la tecnología, como por el uso indebido de los contenidos multimedia y las altas incidencias de fraude.
bullying en niños, como identificarlo

¿Qué indicios nos pueden alertar de que está sufriendo bullying?

Partiendo de la base de que en este rango de edad comprendido entre la primaria y la secundaria existen muchos cambios en el comportamiento de lxs niñxs y adolescentes, podemos observar varias señales que nos indican que pueden estar sufriendo acoso:

  • Disminución persistente en el tiempo y significativa del rendimiento académico, apareciendo incluso problemas de conducta en el colegio.
  • Alteraciones en el sueño, pudiéndose presentar también pesadillas asociadas al acoso sufrido.
  • Cambios en la alimentación, aumentando o disminuyendo su apetito. En muchos casos, el desarrollo de un trastorno de la conducta alimenticia esta relacionado directamente con la aparición del bullying.
  • Alteraciones en la conducta frecuente del menor, manifestando comportamientos que no son acordes a los que manifiesta habitualmente: conductas disruptivas, nerviosismo e irritabilidad excesivas, tristeza en la mayor parte del tiempo…
  • Rechazo a asistir al colegio o salir de casa y aparición de conductas de aislamiento social. Es frecuente encontrarnos con manifestaciones de dolores de cabeza o estomacales, bien ocasionadas de manera psicosomática o bien, para intentar librarse de ir al colegio, sobre todo por las mañanas y el domingo por la tarde.
  • Hematomas o golpes que la mayoría de veces suelen ocultar y no ofrecen una explicación coherente de cómo se ocasionaron.
Bullying en niños cómo detectarlo

¿Cómo podemos prevenir y afrontar el bullying?

Para enfrentar este tipo de situación es primordial generar un entorno libre de hostilidades y juicios en casa, fomentando en todo momento la confianza y la escucha activa, de manera que el/la niño/a o adolescente reduzca su vergüenza, sus miedos y su sentimiento de culpa por el episodio que está sufriendo. Es muy importante que la/el menor perciba que su propio hogar es un lugar dónde sentirse seguro y capaz de expresar lo que siente, mostrándole todo nuestro apoyo y buscando soluciones para que el bullying cese lo antes posible. A continuación, os dejo algunas recomendaciones para trabajar en casa que pueden ayudar a hacer frente al acoso de una manera más eficaz:

  • Refuerza su autoestima.
    Hazle ver que confías en él/ella y que es capaz de afrontar la situación. Si en casa les damos esas alas que le están quitando en el colegio, se sentirán con más fuerza tanto para sobrellevar la situación como para afrontarla. Es de suma importancia que les hagamos cambiar esa percepción de debilidad que tienen de sí mismxs. En este apartado me gustaría destacar el concepto de asertividad ya que, si fomentamos en lxs más pequeñxs la capacidad para dar su opinión respetando la de los demás, estaremos dándole otra herramienta más que les ayudará a gestionar y afrontar mejor las diferentes situaciones a las que se enfrente.
  • Saber cuál es su entorno social y cómo son sus amigos puede ser de gran utilidad para abordar el problema con mayor inmediatez e identificar con quien es el problema exactamente.
  • Educación en valores: es muy importante que en casa sepan ver reflejados valores como el sentido de la justicia, el respeto, la empatía o la igualdad. Si tienen en casa como referencia alguna figura que represente dichos valores, será más fácil que sea capaz de ponerlos en práctica en su vida diaria.
  • En el caso del cyberbullying, como método preventivo, es considerable restringir las horas de uso de la tecnología a un período de tiempo acordado entre ambos. Además, sería recomendable hablar con ellxs de los posibles fraudes y situaciones de acoso que se dan en las redes sociales por medio de noticias e información que avalen que es una práctica que está a la orden del día.
  • Si la comunicación en casa no es todo lo fluida como nos gustaría, es conveniente que la promovamos estableciendo momentos concretos en el día en los que hablar de cómo le ha ido el día, cómo se sienten, que han hecho… De esta forma, iremos generando un clima de confianza en el que, si sucede algo potencialmente peligroso, acudirá a vosotrxs y esto nos ayudará a erradicar el problema más rápidamente.
  • Si nos encontramos con que vuestrx hijx es quien acosa al resto de sus compañeros, es primordial identificar la causa que le lleva a mantener esa conducta para abordar el problema que la ocasiona. Además, debemos explicarle las consecuencias que puede tener el bullying tanto en la víctima y su entorno, como en él/ella y las personas que le rodean, de manera que ni opte por seguir ese camino, ni consienta o sea participe de forma indirecta en una situación de acoso.
  • Dale consejos y herramientas para que se enfrente al bullying. Es vital inculcarle que debe intentar en todo momento ignorar a quién le haga bullying, evitando todo lo que pueda el enfrentamiento con él/ella. También le podemos recomendar que, en la medida de lo posible vaya acompañado para evitar estos enfrentamientos. En el caso de que lleguen a suceder, la mejor vía es ignorar las provocaciones e informar inmediatamente al equipo docente de lo sucedido y por consiguiente a los padres del acosador/a.

Para terminar, me gustaría volver a recordar que esta práctica de acoso está presente en los colegios e institutos diariamente y no podemos mirar hacia a otro lado. Tenemos que participar proactivamente para erradicarlo porque las consecuencias psicológicas derivadas de los diferentes tipos de bullying cada vez son de mayor magnitud y pueden ocasionar muchos problemas en la vida adulta de la víctima. Espero que os haya sido de gran ayuda esta publicación y ya sabéis, si queréis consultarnos cualquier cosa, no dudéis en contactar con nostrxs en el Gabinete de psicología de Javier Álvarez.

emociones

¿Qué es una emoción?

Seguramente hayáis oído hablar de la inteligencia emocional. Consiste en identificar, comprender y gestionar nuestras propias emociones. Es decir, es fundamental conocerlas para comprender por qué se producen, y cuando ya las conocemos y comprendemos, tendremos más facilidades para gestionarlas. Una buena gestión emocional nos ayuda a sobrellevar mejor los problemas del día a día.

UNA EMOCIÓN ES…

Las reacciones emocionales son instintivas, automáticas y se producen a partir de un estímulo de nuestro entorno. Además, son comunes en todos los animales. Si tenéis mascotas, seguro que sabéis detectar cuando estas están contentas o tienen miedo, por ejemplo.

¡Importantísimo!

 Las emociones no son, en sí mismas, positivas ni negativas, no son malas ni buenas, simplemente son. Todas son útiles y adaptativas, es decir, nos permiten adaptarnos mentalmente, y a veces incluso físicamente, a los cambios o situaciones que nos ocurren.

Pero, ¿son todas las emociones iguales? La respuesta es no. Las reacciones emocionales pueden ser muy diversas, e incluso volverse complejas si se mezclan con nuestros pensamientos o se combinan entre sí. En este artículo vamos a hablar de las seis emociones básicas para conocerlas y comprenderlas.

LAS SEIS EMOCIONES BÁSICAS

Hay seis emociones básicas: sorpresa, alegría, tristeza, ira, miedo y asco. A continuación explicamos en qué consiste cada una, y le añadimos una palabra clave para que sea más fácil recordarla:

• La sorpresa es una emoción de tránsito, es decir, nos detiene por un segundo y permite que nuestro cerebro se adapte a la situación nueva que acaba de encontrarse. Es como un puente entre nuestro estado normal y la siguiente emoción, y se produce cuando la situación es tan impactante que necesitamos un momento para procesarla. La sorpresa es una emoción de corta duración, básicamente nos ayuda a procesar adecuadamente lo ocurrido para poder determinar cuál de las otras cinco vamos a sentir y por qué. Por ejemplo, si de repente nos dicen “te ha tocado la lotería”, nuestra primera reacción será de sorpresa (como solemos decir coloquialmente, “me he quedado en shock”). Luego, pasaríamos a la alegría. Si por el contrario, lo que nos dicen es “han atropellado a tu gato”, nuestra primera reacción probablemente también sea sorpresa, y una vez procesado el impacto inicial, sentiremos tristeza y/o enfado. La palabra clave para la sorpresa sería: TRÁNSITO.

• La alegría es la emoción que surge cuando percibimos una ganancia, cuando nos sucede algo que interpretamos como positivo. No tiene por qué ser una ganancia material, simplemente algo que percibamos como un beneficio (ganar una amistad, ganar un pequeño premio como puede ser salir a cenar fuera con mi pareja, ganar el reconocimiento en mi trabajo, etc.). Nos ayuda a buscar situaciones placenteras y beneficiosas para nosotros, nuestro cuerpo se siente bien y la emoción de la alegría nos conduce a querer repetir eso que nos ha hecho sentir bien, a buscar sensaciones felices. La palabra clave para la alegría sería: GANANCIA.

Emoción: Alegría

• La tristeza, en cambio, surge ante las pérdidas. Al igual que sucede con la alegría, no tiene por qué ser una pérdida material. Cuando sentimos que hemos perdido algo, sea material o metafóricamente, nos ponemos tristes. La tristeza es muy útil, porque nos permite adaptarnos a la situación que está por llegar, que no es la deseada pero es la que nos toca vivir. Por así decirlo, nos pone un poco en standby, para poder utilizar las energías que estamos reservando para afrontar situaciones nuevas. Además, la tristeza es muy buena en seres sociales como nosotros, los seres humanos, porque nos permite buscar apoyos, “hacernos querer” por así decirlo. Cuando estamos tristes, buscamos consuelo en los demás, y eso nos une y nos permite ser ayudados, ya que no todo podemos afrontarlo solos en la vida y, a veces, esa búsqueda de apoyos mediante la tristeza hace que contemos con los demás. La palabra clave para la tristeza sería: PÉRDIDA.

• La ira, por su parte, es una emoción muy útil, porque se encarga de que las cosas sean justas. Cuando percibimos que se está cometiendo una injusticia, nos enfadamos. Ese enfado nos lleva a generar cambios, a hacer cosas con respecto a lo que está ocurriendo para modificar esa situación que nos parece injusta y nos indigna. De no ser por el enfado, probablemente mis derechos se verían pisados continuamente. Una buena dosis de enfado es muy buena para reafirmarme como persona, para mantener mis derechos y mi autoestima y para establecer mis propios límites. La palabra clave para la ira sería: JUSTICIA.

Emoción: Ira

• El miedo es una de las reacciones más primitivas e instintivas, y se encarga de garantizar nuestra supervivencia. Si no sintiéramos miedo ante ciertas situaciones, nuestra supervivencia se vería comprometida, no solo vital (es decir, no se refiere solo a que nos

vayamos a morir), sino, por ejemplo, psicológica. El miedo nos hace cautos y prudentes, nos impide cometer negligencias o actuar de manera que podamos hacernos daño o hacérselo a los demás. El miedo es lo que te hace tomar una decisión rápida si te encontraras, por ejemplo, un tigre en tu habitación. Seguramente saldrías corriendo, llamarías a emergencias o intentarías hacer algo, lo que fuera, por sobrevivir. Si no fuera por el miedo, los animales probablemente nos habríamos extinguido. La palabra clave para el miedo es: SUPERVIVENCIA.

• Por último, el asco es una emoción que guarda similitudes con el miedo. También se encarga de protegernos. Por ejemplo, si fuéramos animales, nos prevendría de comernos cosas no comestibles por el bosque o que son venenosas. ¿No te ha pasado nunca que, después de que te sentara mal una comida, le has cogido muchísimo asco? Eso es porque un mecanismo dentro de ti te está diciendo “cuidado, veneno”. No nos pasa solo con la comida, sino con otras cosas o animales, por ejemplo los insectos. Cuando un animal nos da asco, probablemente algo dentro de nosotros nos esté advirtiendo de que nos podemos enfermar si no lo tratamos con cautela. La palabra clave para el asco es: VENENO.

Por lo tanto y como hemos visto, nuestras emociones cumplen una función muy importante. Es esencial que sintamos sorpresa, alegría, tristeza, ira, miedo y asco en determinados momentos de nuestra vida, y sobre todo es fundamental saber usarlas correctamente, ni por defecto ni por exceso. Hay muchas películas que abordan el tema de las emociones, pero una de las mejores a ese respecto es la película de animación “Del revés (inside out)”. En esta, no solo se aborda la utilidad e importancia de cada emoción en sí, sino lo que nos ocurre cuando no las gestionamos adecuadamente en momentos de grandes cambios para nosotros, como funciona nuestra memoria y nuestro pensamiento y que nunca es tarde para aprender a gestionar nuestras propias emociones. 

¡Emocionarnos nos hace estar vivos!

adicción a la tecnología

Adicción a la tecnología en los jóvenes

En las últimas encuestas, España se posicionó en primer lugar como el país con más adicción a la tecnología de Europa, representada dicha adicción en un 21,3% de la población total. Nos referimos a adicción a la tecnología cuando existe un uso excesivo e inapropiado de recursos tecnológicos: ordenadores, internet, videojuegos, móviles… este uso desmesurado de la tecnología conlleva a la aparición de un estado de malestar cuando estos recursos no pueden ser utilizados y a una ineficaz gestión del tiempo de la persona adicta, que suele repercutir en otras áreas de su vida.

¿Cómo podemos observar que existe esta adicción en nuestrxs niñxs y adolescentes?

La tecnología está diseñada para que esté continuamente actualizándose, de este modo mantiene la atención del consumidor ininterrumpidamente, por lo que se ha convertido en un arma de doble filo en el que, si no hacemos un buen uso de ella, puede convertirse en un problema. Casi un 50% de los padres y madres afirman comprar el primer móvil a sus hijxs entre los 12 – 14 años. Esto es debido a que cada vez se adelanta más la edad en la que los niñxs empiezan a interactuar con la tecnología, ya sea por la “presión social” de que su entorno ya está en contacto con estos recursos tecnológicos, o bien por el mero hecho de que resulta una herramienta cada vez más integrada en la sociedad, de la que se pueden extraer beneficios como apoyo escolar o simplemente distracción de ocio para los más pequeños. Si a todo esto le sumamos la situación actual de pandemia y el aislamiento provocado por el confinamiento, podemos deducir que esta problemática se ha agravado aún más. Pero, ¿Cómo podemos identificar si nuestrxs hijxs tienen un problema de adicción con las diferentes tecnologías? Os dejamos por aquí algunos indicativos que pueden ayudarnos a detectar si existe esta dependencia:

  • Descuido, abandono o falta de interés en el resto de actividades.
  • Privación del sueño por el consumo de las diversas tecnologías.
  • Aparición de mentiras asociadas al tiempo real del uso de videojuegos, internet, móvil…
  • Aislamiento social, limitando sus relaciones por medio de las redes u otro medio online.
  • Descontrol del tiempo de uso de las tecnologías, suponiendo una pérdida de noción del tiempo que las utiliza y una fuente de irritación desmesurada ante la restricción de estas.
  • Comportamientos de excesiva euforia y aumento desmesurado de la activación al utilizar las tecnologías.
  • Pensamientos y comparaciones constantes con el mundo cibernético, incluso cuando no se está utilizando.
  • Alta dependencia del intercambio de contenido en las redes sociales y la aprobación de los demás por este medio, suponiendo un motivo de frustración y tristeza que dicha interacción no sea lo que esperaba (Pocos me gustas en una foto publicada, menos seguidores de los deseados…).
  • Necesidad de estar constantemente actualizado, requiriendo continuamente obtener el último modelo de su recurso tecnológico favorito.
adicción a la tecnología en jóvenes

¿Cómo podemos ayudar a qué esta adicción acabe desapareciendo?

Los padres, madres y educadores asumimos un papel fundamental en el desarrollo de unos hábitos de uso adecuados de las tecnologías. En cierto modo, tenemos la gran responsabilidad de enseñarles a los más jóvenes cómo deben de utilizarlas y cuánto para que aprendan a establecer una relación sana con los recursos tecnológicos que les rodean. Para ello, os aportamos algunas ideas que os podrán ayudar a abordar el tema en el caso de que creas que puede estar pasando en casa:

  • Promover el contacto social directo con su grupo de amigos o familiares, intentando sustituir así el mantener relaciones vía online, por relaciones sanas, personales y de mayor calidad.
  • Establecer unas horas determinadas diarias de uso de las diferentes tecnologías (Recomendando como máximo 2h/día). Los fines de semana pueden aumentar sus horas de uso, pero sería conveniente que lo asocien a la realización de una actividad bien realizada, para que no relacionen directamente la llegada del fin de semana con el uso libre y gratuito de su “aparato favorito”.
  • Fomentar la comunicación dentro de la familia, aprovechando los momentos en los que estáis reunidos para hablar de lo que ha pasado en el día o cualquier otro tema de interés. El objetivo es que empiecen a aprender nuevos estilos comunicativos que les ayuden a ser personas más sociables y muestren interés por el ambiente que les rodea.
  • Promover la realización de actividades grupales como el deporte, juegos de mesa o salir a pasear que ayuden a forjar lazos sociales de calidad y de manera presencial.
  • Generar alternativas individuales al uso de la tecnología como la lectura, la pintura o cualquier otra actividad que contribuya a su desarrollo individual y personal.
  • Educación en la tecnología. Debemos enseñarles que los medios tecnológicos de los que disponemos no sólo son una forma de entretenimiento, sino una excelente herramienta que, si se utiliza bien, puede ayudarles a aumentar su interés y su conocimiento.

Esperamos que este post os haya ayudado a familiarizaros con la dependencia de la población infantojuvenil a la tecnología y os aporten pequeñas nociones de cómo abordar el tema en el caso de que aparezca. Desde nuestro gabinete, estaremos encantados de daros más consejos y no dudéis de poneros en contacto con nosotrxs si creéis necesitar ayuda adicional.

Las crisis vitales que nos pueden sorprender

Crisis vital y su intervención en Psicología

Hace ya año y medio nuestro psicólogo Javier Álvarez Cáceres de Málaga escribió un pequeño post sobre las crisis vitales que tuvo muy buena acogida y que ahora actualizamos con más contenido..

Hoy, tiempo después, le hemos pedido escribir de nuevo sobre este tema, ya que con todo lo acontecido en estos últimos tiempos, las crisis vitales, es algo que junto a la Ansiedad cada vez vemos más en los despachos de psicología.

Las crisis vitales pueden ser períodos de crecimiento o de hundimiento, es una etapa de la vida en que la persona se encuentra en un momento caracterizado por el cuestionamiento. Cuestionamiento que puede provocar ansiedad, confusión, miedo o un sinfín de emociones acorde a la personalidad y la situación de cada persona.

A mí, como psicólogo reconozco que trabajar crisis vitales es de los trabajos que más me gusta realizar, es crecimiento personal, y ayudar a sacar la mejor versión de uno mismo es un trabajo muy gratificante.

A través de una crisis vemos una oportunidad para llegar a obtener una mejor versión de la persona.

Sé que estarás pensando que no quieres pasar por ese camino de crisis, pero es algo que no depende de nosotros, las crisis personales, las crisis vitales son inherentes a la vida, al desarrollo de la persona. En la vida hay muy buenos momentos y hay otros no tan buenos ¡es la vida!

Tenemos dos tipos de crisis vitales:

  1. Esperadas. En este grupo nos encontraríamos los cambios de edad, de ciudad, finalización de proyectos, de estudios…
  2. Inesperadas. Sin duda alguna la más dura es la muerte repentina de un ser querido. Aparte de la muerte encontraríamos la ruptura de pareja, enfermedades, mudanzas, despidos laborales… ¡hasta pandemias!
Crisis vital

Sean crisis vitales esperadas o inesperadas no nos va a quedar más remedio que hacerle frente, trabajar en ese momento vital por el que estamos transitando y a través del trabajo de los pensamientos y emociones asociados a la crisis aprender de esa experiencia y superarla de la mejor manera que seamos capaces.

En psicología y crecimiento personal planteamos que ante algo que no se puede cambiar, la única opción que me queda es cambiarnos a nosotros mismos, crecer ante la adversidad si son sucesos inesperados, o, crecer ante la experiencia de sucesos esperados que inevitablemente nos va a tocar vivir.

En una crisis vital nos sentimos muy vulnerables, esa vulnerabilidad hace que caigamos en la “trampa del pasado”, nos cueste no salir de pensar en que antes estábamos mejor, ello hace que se produzca un anclaje a nivel emocional y de pensamientos que no nos permite ver con objetividad el momento presente y muchos menos el futuro.

“Mi vida ha estado llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca sucedieron”

Michel de Montaigne

En crecimiento personal suelo pedir prestada a Michel de Montaigne esta frase.

En una crisis vital sentimos, y sentimos con mucha fuerza, que si me quedo en paro perderé la casa y nunca volveré a trabajar, que si dejo el instituto no tendré tan buenos amigos, que si cambio de ciudad no será igual, que si me deja mi pareja no encontraré a nadie y estaré solo…

¿Te suenan este tipo de pensamientos y cómo te sentiste?, eso es una crisis vital.

¿Qué sucedió al cabo del tiempo?, ¿Se cumplieron aquellos vaticinios?

No dudes en acudir al psicólogo si crees que puede ayudarte ante alguna de estas situaciones porque recuerda que, una crisis vital es una gran oportunidad para el crecimiento personal.

ansiedad Málaga

¿Qué indica mi ansiedad?

¿Qué indica mi Ansiedad?

La Ansiedad es una emoción que nos prepara para la acción, nos pone en alerta y nos moviliza para la ejecución de una tarea o para el afrontamiento de un peligro.

Podríamos decir que una cosa es la ansiedad “normal”, aquella que tenemos cuando vemos que llegamos tarde al trabajo, ante un examen, hablar en público, una cita… y otra cosa es la ansiedad que nos causa malestar, aquella que no podemos dominar y nos ocasiona toda una serie de sintomatología disfuncional que dificulta nuestro día a día.

En este post nos vamos a centrar en la Ansiedad que nos causa malestar. Aquella que no podemos controlar, que provoca una sintomatología que nos hace acudir a Terapia o a tomar fármacos, la cual muchas veces no sabemos a qué es debida.

La Ansiedad se produce principalmente por tres motivos o causas: Predisposición, Desencadenantes y Mantenimiento.

1. Predisposición. Nos estamos refiriendo a genética, personalidad y estilos de crianza. Aquí entraría la vulnerabilidad genética que tenemos a padecer ansiedad, nuestro tipo de personalidad y el cómo hemos sido criados, qué nos han ido inculcando a lo largo de nuestra infancia y pre-adolescencia. ¿seguridad, miedo, incertidumbre?, lo que en Psicología está muy relacionado con los tipos de apego (seguro, ansioso y ambivalente).

2. Desencadenantes. Es la ansiedad más fácil de identificar ya que conocemos el origen. Una ruptura de pareja, un despido, accidentes, discusiones, decepciones…

3. Mantenimiento. ¿Qué hace que se mantenga la Ansiedad en nuestra vida? A veces lo que hemos intentado para solucionar el problema ha hecho que se mantenga. Otras veces el propio miedo y malestar que nos causa la ansiedad hace que se cronifique, se convierte en un círculo vicioso del que nos cuesta salir.

Entre los factores de mantenimiento ocupa un lugar especial la “evitación”. Cuando algo nos produce Ansiedad tendemos a evitarlo, ese propio evitar es lo que muchas veces hace que cada vez el malestar sea mayor.

No se trata de exponerse a todo por no evitar, esto suele ser un error muy común, se trata de afrontar situaciones desde el control, desde la seguridad ante lo que estamos haciendo.

Pensemos en un niño que le da miedo la oscuridad, apagarle todas las luces día tras día hasta que se acostumbre solo valdría para traumatizarle, pasarlo mal y poco más.

Un afrontamiento correcto sería acompañarle, dejar una luz tenue al principio y, acompañar ese afrontamiento conductual con explicaciones, así también estaremos trabajando los pensamientos irracionales asociados al miedo, dando indicaciones de qué está sintiendo y que está pensando. Trataremos de inculcar la idea de que lo que está pensando y sintiendo es lo que crea la ansiedad y el miedo.

ansiedad malaga

En el despacho de psicología de Javier Álvarez en Málaga planteamos que la Ansiedad en realidad es nuestra amiga, (una amiga que es cierto es muy molesta), pero al fin y al cabo una amiga que viene a decirnos que algo no va bien, que algo en nosotros o en nuestra vida nos está creando malestar y no estamos sabiendo gestionar o estamos ignorando.

El problema que hay es que como es una amiga muy molesta no la escuchamos, y ella como es muy “pesada” cada vez nos visita más a menudo, es muy insistente, terca, no calla, habla más y más alto (cada vez más síntomas, de mayor duración y de mayor intensidad).

Nosotros intentamos ignorarla cada vez más, intentamos no escucharla haciendo más actividades, distrayéndonos, no pensando y si el malestar es muy alto tomando algún ansiolítico. Todo con tal de no escucharla, de no tener Ansiedad, ante lo que paradójicamente cada vez nos sentimos peor, con más ansiedad y más desanimados.

Podríamos utilizar la analogía de un comercial con exceso de celo que nos llama muchas veces y nosotros no le atendemos. El comercial sigue llamando, realizando su función, que es la de comunicarnos un mensaje. ¿Qué sucede cuando nos ponemos al teléfono y afrontamos esa llamada? Exacto, se transmite el mensaje y se acabaron las llamadas, se da cuenta que no vamos a comprar su producto, puede insistir alguna vez más, pero si nos ve con determinación dejará de llamar.

Pero… ¿Qué indica mi Ansiedad? En Terapia trabajamos marcando dos objetivos: uno la disminución de toda la sintomatología asociada a la ansiedad y dos entender (escuchar) a la ansiedad para localizar el origen, buscar y afrontar aquello que me produce malestar.

Para disminuir la sintomatología de la ansiedad utilizaremos técnicas enfocadas a la fisiología, como por ejemplo relajación, aprender a respirar, mindfulness, normalización, distracción…depende de cada persona será más adecuada una intervención u otra. Hay momentos en que el nivel de Ansiedad es muy alto y será necesario recurrir a algún tipo de fármaco, siempre, siempre debe ser prescrito por el facultativo correspondiente y no a demanda de cada persona o situación.

Una vez que el nivel de Ansiedad no es invalidante comenzamos a trabajar qué es lo que puede estar provocando ese malestar, y esto lo realizaremos con técnicas cognitivas que nos ayuden a explorar y a encontrar el origen.

Una vez que hemos encontrado el “origen”, nuestra amiga la Ansiedad nos abandonará, ya no hay mensaje que dar, la hemos escuchado y su función en nosotros habrá finalizado.

Pero, entonces… ¿Qué hacemos cuando sabemos cuál es el “mensaje?. Aquí solo se me ocurre contestar un enorme DEPENDE. Habrá veces que podremos modificar el origen de lo que nos causa la ansiedad y nos enfocaremos en esa tarea, otras veces tendremos que ACEPTAR algo que no me gusta, pero que no puedo cambiar, pero…  eso es otro tema.

Los Celos en Pareja. Psicólogo en Málaga

Una de las conductas que causan más malestar en uno mismo, en la pareja y que más nos encontramos trabajando en Terapia de Pareja como psicólogo en Málaga, son los celos, lo que denominamos conducta.

Podríamos definir los celos como un sentimiento de alta intensidad que provoca malestar emocional y conductas disruptivas en la pareja, poniendo la relación en crisis constantes que generan una relación disfuncional.

Disfuncional porque provoca una merma de la calidad en áreas como el intercambio de reforzadores positivos, la comunicación y principalmente menoscabando la confianza.

Los celos surgen cuando interpretamos algún estímulo o situación como amenazante para nuestra relación.

En este punto es importante distinguir entre “celos racionales” y “celos irracionales”.

Todos, en mayor o menor medida hemos sentido alguna vez a lo largo de nuestra vida la emoción de los celos, de una manera sosegada, racional, sabiéndolos interpretar y regular la intensidad emocional que nos generan. 

El problema surge cuando interpretamos un estímulo, ya sea una persona o una conducta como una amenaza, una amenaza para nosotros mismos o nuestra relación, y, convertimos algo “normal” en algo irracional, decimos irracional ya que no hay motivo para lo que estamos pensando, sintiendo y probablemente haciendo.

Es cuando por ejemplo “sospechamos” de un mensaje de whatssap, un café, una llamada, una mirada… cualquier situación es buena para dejar volar nuestra imaginación.

Nos convertimos en verdaderos detectives, miramos el móvil de nuestra pareja, su correo, podemos llegar a seguirla, hablar con amigos, aparecer en el trabajo con alguna excusa, cualquier cosa que pueda llevar a hacernos ver que estamos en lo cierto, que no es que yo sea celoso, es que tengo motivos para desconfiar.

Como además en los celos hay una conducta ansiosa acompañada de pensamientos negativos la interpretación de lo que estamos vivenciando nos hace ver real lo que es irreal. “Todo cuadra en nuestra mente”.

Las personas que sufren de conducta celotípica suelen tener (a grandes rasgos) dos características que hacen que se retroalimente dicha conducta: la inseguridad y la baja autoestima.

  • La inseguridad nos hace ver “amenazas”. Vemos  un peligro en agentes externos que no podemos controlar. De hecho las personas que sufren celos intentan “controlar” como mecanismo para la disminución de la ansiedad que padecen, sin darse cuenta que de tanto controlar acaban descontrolando (paradoja del control).
  • La baja autoestima provoca la comparación constante, una comparación distorsionada por el propio malestar.

Los psicólogos trabajamos los celos en Terapia Individual o en Terapia de Pareja.

Es recomendable alguna sesión con la pareja para ayudar a entender el porqué se producen los celos y el cómo podemos ayudar a tratar y superar los celos.

En una Terapia Psicológica, como psicólogo en Málaga, trabajamos las áreas deterioradas de la pareja como por ejemplo el control que se realiza, la desconfianza, el intercambio de reforzadores o el desgaste emocional que se ha producido.

A nivel individual se trabaja la Inseguridad, la Baja Autoestima, el cuestionamiento de la interpretación sobre hechos y nuestra pareja, el concepto de engaño, y aquellos pensamientos relacionados con el miedo: el miedo a perder a alguien sin darse cuenta que la pareja se deteriora, no por lo que yo estoy erróneamente interpretando, sino por todo aquel desgaste que estoy provocando en mí y en mi pareja.

desconfinamiento

Por fin llegó la hora del desconfinamiento, pero… no me siento bien

En estos últimos días me preguntan a menudo qué es el “Síndrome de la Cabaña” y si es un trastorno para preocuparse.

Primero aclarar que no, que no es un tratastorno psicológico, el “Síndrome de la Cabaña” es una nueva etiquetación (desgraciadamente) para definir una dificultad mayor de lo normal para adaptarse a una nueva situación.

Consiste en haber desarrollado miedo a salir a la calle o a interactuar con otras personas debido al confinamiento de estos casi dos meses.

Paradójicamente se está observando mayormente en personas a las que más les costó adaptarse al encierro.

El desconfinamiento y la problemática psicológica derivada del mismo va a depender de la percepción subjetiva que tengamos del peligro de contagio fuera de casa y en la interacción con otras personas.

La diferencia entre la percepción objetiva y subjetiva vendría no por lo que es sino por lo que nuestra mente nos interpreta de manera distorsionada la realidad de la situación, vivenciándola como peligrosa o amenazante.

Nos encontramos con una parte objetiva que es real, estamos en una situación desconocida, con una parte importante de la población que ha enfermado y en el peor de los casos un número muy alto de fallecidos.

La parte subjetiva es la que interpretamos bien erróneamente o nos llega de información que no es real.

¿Qué podemos hacer?

Desde el Colegio de Psicólogos se ha dado una información muy útil:

  1. Respetar las normas y las medidas de protección.
  2. Comportamiento responsable y solidario.
  3. Identificar tus posibilidades ante esta nueva situación.
  4. Saber que podemos contribuir a no contagiarnos o contagiar a través de mantener la distancia social y la higiene.
  5. Ser conscientes del gran esfuerzo que hemos hecho todos y de que podemos seguir avanzando.
  6. Seguir manteniendo llamadas y cafés virtuales.
  7. Implicar a todos los miembros de la familia en esta nueva situación.
  8. Centrarse en el presente.
  9. Informarte de lo que ocurre por fuentes oficiales.
  10. Mantener rutinas.

Teniendo una información correcta y manteniendo las medidas de protección individuales y sociales es el momento de salir a la calle.

Observemos que sensaciones tenemos estando de nuevo rodeados de gente y lejos del refugio en que hemos estado casi dos meses.

Permitámonos darnos un tiempo para normalizar algo que no es normal. La situación actual no la hemos vivido y provoca muchos pensamientos y sensaciones que nos pueden causar malestar.

La población más expuesta a sufrir las consecuencias de no adaptarse al desconfinamiento serían los ancianos y los hipocondríacos.

Ambas poblaciones por razones diferentes pero obvias que caracterizan a estos grupos poblacionales.

Llevado al extremo daría lugar al desarrollo de agorofobia que sería un trastorno de ansiedad producido por el miedo a quedarse atrapado, indefenso o a las multitudes.

No olvides consultar con un psicólogo si ves que lo que sientes y/o piensas te está causando malestar, es una situación nueva en la que la psicología puede ayudarte a lograr una adaptación adecuada normalizando las emociones y los pensamientos irracionales.

picologo en Málaga Javier Álvarez

Terapia Psicológica Online

Acceder a tener sesiones de terapia online supone ya de por sí romper una barrera: la del primer día adelante de la pantalla.

A muchas personas se les hace raro el acceder a su psicoterapeuta por un medio aparentemente tan «frío» como puede ser la videoconferencia pero si algo nos ha demostrado este tiempo en el que se ha desarrollado la cuarentena es que podemos adaptarnos a casi todo. Muchas gente a la que antes se le antojaba como una excentricidad, algo que nunca harían porque, «qué tontería plantarte delante de un ordenador para hablar con alguien pudiendo llamar por teléfono» encuentran que ver la imagen de esa otra persona es hasta reconfortante y en el caso de la psicoterapia, da un tono personal que muchas veces es muy parecido al de la propia consulta.

¿Cómo contacto con mi psicoterapeuta?

En mi caso suelo utilizar la plataforma de videollamas de Skype o algunas plataformas de telemedicina que permiten realizar este tipo de videollamada, pero no es la única forma de realizar una Terapia Online. Se puede hacer por distintos medios como WhatsApp, llamadas telefónicas, email o alguna otra plataforma: basta con que nos pongamos de acuerdo.

Se funciona por agenda, como cuando acudes a la consulta, y dentro de esta disponibilidad se intenta ser lo más accesible posible en función de la necesidad y urgencia del paciente.

¿Qué temas se tratan más en Terapia Online?

Al funcionar como una consulta normal solo que se implica más el punto tecnológico, los temas a tratar son muy variados, En terapia individual se trata la ansiedad, el bajo estado de ánimo, pensamientos obsesivos, crecimiento personal, fobias, crisis de pareja o familiares… Son muchos los temas, efectivamente pero nos podemos amoldar perfectamente.

¿Recomendaciones?

No tienes que complicarte mucho para disponer de una Terapia Online fructífera. Es conveniente que estés en una habitación, relajado, en la que no te vayan a interrumpir ni tengas que estar pendiente de ello, tener el ordenador a punto o el medio que se vaya a utilizar para la comunicación, y ¡listo!

Las sesiones son de una hora, como en consulta, y podrás acceder a tu psicoterapeuta de igual forma.

Si tienes cualquier otra duda o consulta, puedes llamarme al 618 058 800, mediante email, formulario en la web www.javierpsicologomalaga.com o, dentro de la misma web, en el botón «reservar cita».

cuarentena

Afrontar la Crisis producida por el Coronavirus

Intentaremos en este post dar algunas directrices que ayuden a sobrellevar este encierro que es la cuarentena sanitaria que tanto nos puede beneficiar a todos.

Es importante normalizar (aunque suene mal) lo que estamos viviendo estos días. No deja de ser una situación excepcional que no por transitoria se convierte en menos dura.

Normalizar en el sentido de entender y aceptar que las emociones que estamos sintiendo estos días son emociones adecuadas a lo que estamos viviendo.

Es importante aceptar que sentir miedo, ansiedad, desesperanza y/o cualquier otra emoción es completamente normal. A fin de cuentas las emociones bien gestionadas nos indican nuestra relación con el entorno y saber manejarlas es lo que hace que tengamos una relación sana con ellas y con lo que ocurre a nuestro alrededor.

Habrá momentos del día en que iremos oscilando del pesimismo al optimismo. Es normal, no deja de ser una prueba exigente esta situación que vivimos.

Lo que no podemos dejar y ahí es donde hemos de trabajarnos es que dichas emociones gobiernen nuestro día a día.

Es importante la información pero lo perjudicial es la infoxicación: el exceso de información; el estar “pegados” todo el día al televisor esperando información nueva. Tenemos que obligarnos a desconectar de la saturación de información y dedicar tiempo a otras cosas.

¿Cómo enfrentarnos al día a día?

Lo principal es establecer rutinas. Un día puede pasar muy rápido o hacerse eterno; para ello establecer rutinas es primordial.

Si tenemos niños tendremos un trabajo más duro que hacer, tenemos que entretenerles, hacer que mantengan su actividad escolar y animarles, ¡casi nada!

A los niños es imprescindible darles seguridad, deben ver que nosotros no estamos desbordados, que mantenemos nuestro buen ánimo, según la edad se les puede explicar pero desde una perspectiva de luchar contra una contrariedad de la que vamos a salir.

Son días que pueden ser una oportunidad para estar juntos en familia, si nos damos cuenta uno de los mayores problemas de nuestra sociedad es la falta de tiempo, bien, pues de una manera impuesta (y no deseada) vamos a tener la oportunidad de tener tiempo para hablar, jugar cocinar, colocar cajones, pintar, leer, ver series…

Nuestros pensamientos tienen que ser nuestros aliados, esto es una lucha que tenemos, que vamos a ganar y para ello tenemos que poner nuestra cabeza a trabajar en positivo.

Pensemos que cada día es una batalla que hemos ganado y vivamos cada día acorde a esta lucha.

Hace poco me decía una amiga que era un confinamiento de ricos, refiriéndose a que dentro de lo malo en la mayoría de las casas las familias están juntas con el frigorífico lleno. Y con papel higiénico.

Pongamos a trabajar nuestras emociones y pensamientos a nuestro favor para realizar conductas que nos lleven a pasar estos días lo mejor posible.

Quedemos en casa, ¿cómo nos puede estar costando tanto quedarnos en casa cuando es algo en que nos va la vida y la de nuestra gente?

blue monday

Blue Monday e ir al psicólogo. ¿Qué está pasando?

El pasado lunes día 20 fue el llamado “Blue Monday” el día más triste del año, y apareció en todos los medios. Hasta se hicieron campañas publicitarias que hablaban de ello con intención de hacerte comprar para “pasar el día más triste” o que incluso te daban pautas de comportamiento para afrontarlo.

¿Qué hay de cierto en el “Blue Monday”? En realidad: nada. Blue Monday fue algo que se originó con motivo de una campaña publicitaria de la compañía (que ya no existe) Sky Travel, y su razonamiento se apoyaba en una fórmula pseudocientífica que desarrolló un profesor retirado de la Universidad de Cardiff (que ya se distanció del profesor). La ecuación en sí no se sostiene ni justifica nada de nada.

Así pues, ¿por qué consideramos que el Blue Monday es el día más triste? O ya puestos, ¿por qué los lunes son tristes y desapacibles? ¿Por qué nos cuesta tanto la vuelta al trabajo, ya sea después de Navidades o Verano?

La respuesta desde la psicología cognitiva la tenemos clara. los pensamientos influyen en nuestro estado de ánimo y estos los publicistas y los empresarios son conscientes de ello.

El “Blue Monday” es un fantástico ejemplo de cómo funciona nuestra mente, cómo los pensamientos anteceden a un estado de ánimo y como esos pensamientos y ese estado de ánimo producen una conducta, en este caso la compra de artículos que probablemente no necesito para encontrar bienestar en la compra y poder paliar las consecuencias del peor lunes del año… ¿Por qué el peor lunes del año? Pues porque me han hecho creer que ese pensamiento es real y que un lunes puede ser mejor o peor que otro cualquiera.

Yo, como psicólogo cuando alguien me plantea en terapia lo malo que son los lunes le contesto lo buenos que son para mí.

Esa persona en cuestión lleva todo el domingo por la tarde atormentándose con la idea de que mañana hay que trabajar, que hay que madrugar que tengo que ver a mí jefe, a ese compañero que mi mente me dice que es lo pero, y así, más y más pensamientos negativos.

Yo los domingos intento disfrutar del domingo y no pensar en el trabajo y cuando tengo un día negativo y pienso en lo malo que es un lunes automáticamente (ha sido un proceso terapéutico) pienso en: «¡¡Javier que tienes trabajo!!», «Javier ten una actitud de intentar que sea un buen lunes, que quedan cinco días para otro fin de semana», o cualquier otro que contrarreste los pensamientos negativos. No se trata de pensar en positivo, hoy en día hay muchos estudios que dicen que eso no funciona, se trata de tener pensamientos realistas.

Quizás un lunes no es el mejor día de la semana ¡pero tampoco es el peor lunes del año! ¿Blue Monday?… Es un lunes como otro cualquiera.