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Tratamiento de la ansiedad

Quizás uno de los temas que más se suelen tocar cuando te especializas en el tratamiento de la ansiedad es el manual de supervivencia. Cuando la ansiedad aprieta, ahoga, contradiciendo al refrán, y muchas veces hay que tener claro qué hacer cuando esto sucede, dado que, por sus propias características, puede suceder en cualquier momento.

Da igual que estés con amigos, de compras, paseando, en el trabajo… los detonantes están ahí, y son distintos para cada uno, pero hay cosas que se pueden hacer para reaccionar adecuadamente. Vale, tienes que recordarlo, o apuntártelo. No siempre te acordarás de memoria o en pleno ataque de ansiedad no te vas a pensar en lo que hablamos en la consulta. Pero yo te lo dejo aquí. Porque ante todo somos personas y estamos para ayudar, y decirte cómo puedes reaccionar a un ataque de ansiedad puede ayudarte a superarlo un poco mejor cuando ocurra.

¿Cómo reaccionar? 6 pequeños consejos para el ataque de ansiedad.

1. Ninguna sensación es eterna.
La ansiedad siempre es pasajera, causa malestar, es desagradable y la querríamos fuera de nuestra vida, y fijarnos en eso está bien. Pero cuando te está ocurriendo es posible que esa sensación se te antoje como algo con lo que vas a cargar toda la vida. Pero no es así. Son sensaciones transitorias, acaba desapareciendo, y si te centras en que acabará ya tienes ese objetivo: que remita para centrarte en tus siguientes pasos.

2. Controla la respiración.
Una cosa que hay que controlar es eso. A veces parece que la ansiedad te estrecha, te impide respirar, se te coge al pecho además de poseer tu mente y hacerte ver lo peor. Pero no es así. SIEMPRE tienes el control sobre tu respiración, y tienes que afianzarte en ello, centrarte en respirar tranquila y conscientemente. Nunca te la podrá quitar así que tú ya le estás quitando algo a la ansiedad. Respira tranquila y profundamente y así además evitarás el riesgo de hiperventilar y marearte.

3. Es miedo por lo que nos puede suceder no por lo que estamos sintiendo.
Una vez dijeron que “la ansiedad te prepara para pelear contra un dragón que ni existe ni está ahí”. Céntrate en eso. La ansiedad activa el mecanismo del miedo que nos prepara para huir, pelear y a veces, por determinadas circunstancias, nos paraliza. Son monstruos, son cosas que realmente no están ahí, son situaciones que aún no se han producido y puede que nunca lo hagan. Luego recuerda: ese dragón no está ahí.

4. Cambia tu foco de atención: distráete.
Nada le gusta más a la ansiedad que ser protagonista durante el propio ataque, retroalimentándose. Así que, quítale ese poder: distráete. No le dejes que se convierta en el centro. Mira fotos de gatitos, busca un libro que te guste y te sepas, mira una de tus pelis favoritas, sal a pasear, por duro que sea, y mira a tu alrededor. Cualquier cosa que hagas para quitarle esa importancia hará que se reduzca.

5. Repite: lo que sientes es incómodo pero no peligroso ni amenazante.
Esto es un pequeño mantra. Sí, es incómodo, puedes ponerte a sudar, puede que la adrenalina corra por tus venas, desbocada, y eso es desagradable, incomodo. Sientes que todo a tu alrededor se nubla. Pero pese a ello no es permanente. No hay una amenaza, no hay un peligro inmediato que esté acechando. La sensación pasará, es incómoda, pero no te sucederá nada inmediato.

6. Averigua la causa cuando haya pasado.
Lo mejor que puedes hacer cuando el ataque haya pasado es investigar sobre ellos. Todos tenemos situaciones o personas que nos disparan la ansiedad de esa forma y comprender esto es un paso para superarlo. Por eso acudir a terapia es querer dar un paso para desarmar a esa ansiedad y reducir las oportunidades de que eso vuelva a ocurrir.

Y recuerda que estamos aquí para ayudarte en Tratamiento de la ansiedad.