Las crisis vitales que nos pueden sorprender

Crisis vital y su intervención en Psicología

Hace ya año y medio nuestro psicólogo Javier Álvarez Cáceres de Málaga escribió un pequeño post sobre las crisis vitales que tuvo muy buena acogida y que ahora actualizamos con más contenido..

Hoy, tiempo después, le hemos pedido escribir de nuevo sobre este tema, ya que con todo lo acontecido en estos últimos tiempos, las crisis vitales, es algo que junto a la Ansiedad cada vez vemos más en los despachos de psicología.

Las crisis vitales pueden ser períodos de crecimiento o de hundimiento, es una etapa de la vida en que la persona se encuentra en un momento caracterizado por el cuestionamiento. Cuestionamiento que puede provocar ansiedad, confusión, miedo o un sinfín de emociones acorde a la personalidad y la situación de cada persona.

A mí, como psicólogo reconozco que trabajar crisis vitales es de los trabajos que más me gusta realizar, es crecimiento personal, y ayudar a sacar la mejor versión de uno mismo es un trabajo muy gratificante.

A través de una crisis vemos una oportunidad para llegar a obtener una mejor versión de la persona.

Sé que estarás pensando que no quieres pasar por ese camino de crisis, pero es algo que no depende de nosotros, las crisis personales, las crisis vitales son inherentes a la vida, al desarrollo de la persona. En la vida hay muy buenos momentos y hay otros no tan buenos ¡es la vida!

Tenemos dos tipos de crisis vitales:

  1. Esperadas. En este grupo nos encontraríamos los cambios de edad, de ciudad, finalización de proyectos, de estudios…
  2. Inesperadas. Sin duda alguna la más dura es la muerte repentina de un ser querido. Aparte de la muerte encontraríamos la ruptura de pareja, enfermedades, mudanzas, despidos laborales… ¡hasta pandemias!
Crisis vital

Sean crisis vitales esperadas o inesperadas no nos va a quedar más remedio que hacerle frente, trabajar en ese momento vital por el que estamos transitando y a través del trabajo de los pensamientos y emociones asociados a la crisis aprender de esa experiencia y superarla de la mejor manera que seamos capaces.

En psicología y crecimiento personal planteamos que ante algo que no se puede cambiar, la única opción que me queda es cambiarnos a nosotros mismos, crecer ante la adversidad si son sucesos inesperados, o, crecer ante la experiencia de sucesos esperados que inevitablemente nos va a tocar vivir.

En una crisis vital nos sentimos muy vulnerables, esa vulnerabilidad hace que caigamos en la “trampa del pasado”, nos cueste no salir de pensar en que antes estábamos mejor, ello hace que se produzca un anclaje a nivel emocional y de pensamientos que no nos permite ver con objetividad el momento presente y muchos menos el futuro.

“Mi vida ha estado llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca sucedieron”

Michel de Montaigne

En crecimiento personal suelo pedir prestada a Michel de Montaigne esta frase.

En una crisis vital sentimos, y sentimos con mucha fuerza, que si me quedo en paro perderé la casa y nunca volveré a trabajar, que si dejo el instituto no tendré tan buenos amigos, que si cambio de ciudad no será igual, que si me deja mi pareja no encontraré a nadie y estaré solo…

¿Te suenan este tipo de pensamientos y cómo te sentiste?, eso es una crisis vital.

¿Qué sucedió al cabo del tiempo?, ¿Se cumplieron aquellos vaticinios?

No dudes en acudir al psicólogo si crees que puede ayudarte ante alguna de estas situaciones porque recuerda que, una crisis vital es una gran oportunidad para el crecimiento personal.