Detectando y afrontando el bullying
Aproximadamente el 45% de lxs niñxs entre los 8 y 11 años han sufrido bullying. Estamos hablando de que casi la mitad han sufrido algún tipo de acoso escolar durante este período de tiempo, por lo que, como podéis intuir, la gravedad de esta problemática hace que sea uno de los principales motivos de consulta en el área infantojuvenil de la psicología clínica y educacional. España se posiciona como el séptimo país con más casos reportados de bullying, dato que ni siquiera es totalmente representativo ya que mas del 80% de los casos no llegan a transmitirse ni al equipo docente ni a familiares.
Pero ¿a qué llamamos bullying exactamente? A lo largo del tiempo, el concepto de bullying también se ha ido transformando y adaptando a los cambios de la época, centrando su foco de atención en colectivos que han ganado visibilidad y en utilizar nuevos medios para llevarlo a cabo. Existen varios tipos de bullying, pero todos tienen en común la presencia de conductas intimidatorias y/o agresivas tanto psicológicas, sexuales y/o físicas hacia la víctima insistentemente y durante un período de tiempo.
Como mencionamos anteriormente, el acoso puede presentarse de varias maneras.
- El acoso de tipo social es uno de los más frecuentes y complejos de identificar ya que, al caracterizarse por el aislamiento de la persona por parte del acosador, en ocasiones se relaciona con que el/la niño/a o adolescente tenga una personalidad introvertida. En esta forma de bullying, el objetivo del acosador/xs se centra en no permitir que la víctima se integre en el grupo, suprimiéndole la posibilidad de desarrollar actividades colectivas e imposibilitando que tenga un sentimiento de pertenencia social.
- Por otro lado, tenemos el acoso físico. Este tipo de bullying se caracteriza por la utilización de conductas agresivas como empujones o palizas para intimidar y ridiculizar a la víctima, o bien llevando a cabo algún acto vandálico como romper o robar algo de la persona acosada para ejercer su supremacía y coaccionar al niñx o adolescente.
- Otra metodología de bullying es el acoso verbal, en el que la víctima es rechazada por sus acosadorxs por medio de apodos o insultos, generando así en la persona acosada baja autoestima y sensación de soledad respecto al grupo. Podemos decir que el acoso verbal guarda cierta relación con el acoso psicológico, pero la gran diferencia es que la finalidad de utilizar burlas y minusvalorar a la víctima no es otra que dañar la imagen de sí mismx e invalidar su autoestima para anularle psicológicamente.
- Finalmente, podemos decir que en estos últimos 20 años ha aparecido una nueva modalidad de acoso, el ciberbullying. En este caso las víctimas son acosadas, amenazadas y coaccionadas por los medios digitales, principalmente a través de las redes sociales. Sin duda, hablamos de un tipo de acoso que ha cobrado fuerza en las últimas décadas y que se ha convertido en uno de los modos de acoso más peligroso tanto por el precoz contacto de lxs niñxs y adolescentes con la tecnología, como por el uso indebido de los contenidos multimedia y las altas incidencias de fraude.
¿Qué indicios nos pueden alertar de que está sufriendo bullying?
Partiendo de la base de que en este rango de edad comprendido entre la primaria y la secundaria existen muchos cambios en el comportamiento de lxs niñxs y adolescentes, podemos observar varias señales que nos indican que pueden estar sufriendo acoso:
- Disminución persistente en el tiempo y significativa del rendimiento académico, apareciendo incluso problemas de conducta en el colegio.
- Alteraciones en el sueño, pudiéndose presentar también pesadillas asociadas al acoso sufrido.
- Cambios en la alimentación, aumentando o disminuyendo su apetito. En muchos casos, el desarrollo de un trastorno de la conducta alimenticia esta relacionado directamente con la aparición del bullying.
- Alteraciones en la conducta frecuente del menor, manifestando comportamientos que no son acordes a los que manifiesta habitualmente: conductas disruptivas, nerviosismo e irritabilidad excesivas, tristeza en la mayor parte del tiempo…
- Rechazo a asistir al colegio o salir de casa y aparición de conductas de aislamiento social. Es frecuente encontrarnos con manifestaciones de dolores de cabeza o estomacales, bien ocasionadas de manera psicosomática o bien, para intentar librarse de ir al colegio, sobre todo por las mañanas y el domingo por la tarde.
- Hematomas o golpes que la mayoría de veces suelen ocultar y no ofrecen una explicación coherente de cómo se ocasionaron.
¿Cómo podemos prevenir y afrontar el bullying?
Para enfrentar este tipo de situación es primordial generar un entorno libre de hostilidades y juicios en casa, fomentando en todo momento la confianza y la escucha activa, de manera que el/la niño/a o adolescente reduzca su vergüenza, sus miedos y su sentimiento de culpa por el episodio que está sufriendo. Es muy importante que la/el menor perciba que su propio hogar es un lugar dónde sentirse seguro y capaz de expresar lo que siente, mostrándole todo nuestro apoyo y buscando soluciones para que el bullying cese lo antes posible. A continuación, os dejo algunas recomendaciones para trabajar en casa que pueden ayudar a hacer frente al acoso de una manera más eficaz:
- Refuerza su autoestima.
Hazle ver que confías en él/ella y que es capaz de afrontar la situación. Si en casa les damos esas alas que le están quitando en el colegio, se sentirán con más fuerza tanto para sobrellevar la situación como para afrontarla. Es de suma importancia que les hagamos cambiar esa percepción de debilidad que tienen de sí mismxs. En este apartado me gustaría destacar el concepto de asertividad ya que, si fomentamos en lxs más pequeñxs la capacidad para dar su opinión respetando la de los demás, estaremos dándole otra herramienta más que les ayudará a gestionar y afrontar mejor las diferentes situaciones a las que se enfrente. - Saber cuál es su entorno social y cómo son sus amigos puede ser de gran utilidad para abordar el problema con mayor inmediatez e identificar con quien es el problema exactamente.
- Educación en valores: es muy importante que en casa sepan ver reflejados valores como el sentido de la justicia, el respeto, la empatía o la igualdad. Si tienen en casa como referencia alguna figura que represente dichos valores, será más fácil que sea capaz de ponerlos en práctica en su vida diaria.
- En el caso del cyberbullying, como método preventivo, es considerable restringir las horas de uso de la tecnología a un período de tiempo acordado entre ambos. Además, sería recomendable hablar con ellxs de los posibles fraudes y situaciones de acoso que se dan en las redes sociales por medio de noticias e información que avalen que es una práctica que está a la orden del día.
- Si la comunicación en casa no es todo lo fluida como nos gustaría, es conveniente que la promovamos estableciendo momentos concretos en el día en los que hablar de cómo le ha ido el día, cómo se sienten, que han hecho… De esta forma, iremos generando un clima de confianza en el que, si sucede algo potencialmente peligroso, acudirá a vosotrxs y esto nos ayudará a erradicar el problema más rápidamente.
- Si nos encontramos con que vuestrx hijx es quien acosa al resto de sus compañeros, es primordial identificar la causa que le lleva a mantener esa conducta para abordar el problema que la ocasiona. Además, debemos explicarle las consecuencias que puede tener el bullying tanto en la víctima y su entorno, como en él/ella y las personas que le rodean, de manera que ni opte por seguir ese camino, ni consienta o sea participe de forma indirecta en una situación de acoso.
- Dale consejos y herramientas para que se enfrente al bullying. Es vital inculcarle que debe intentar en todo momento ignorar a quién le haga bullying, evitando todo lo que pueda el enfrentamiento con él/ella. También le podemos recomendar que, en la medida de lo posible vaya acompañado para evitar estos enfrentamientos. En el caso de que lleguen a suceder, la mejor vía es ignorar las provocaciones e informar inmediatamente al equipo docente de lo sucedido y por consiguiente a los padres del acosador/a.
Para terminar, me gustaría volver a recordar que esta práctica de acoso está presente en los colegios e institutos diariamente y no podemos mirar hacia a otro lado. Tenemos que participar proactivamente para erradicarlo porque las consecuencias psicológicas derivadas de los diferentes tipos de bullying cada vez son de mayor magnitud y pueden ocasionar muchos problemas en la vida adulta de la víctima. Espero que os haya sido de gran ayuda esta publicación y ya sabéis, si queréis consultarnos cualquier cosa, no dudéis en contactar con nostrxs en el Gabinete de psicología de Javier Álvarez.
Mi nombre es Javier Álvarez, soy psicólogo general sanitario, colegiado por el colegio oficial de psicólogos de Andalucía con el número AO10698.
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