Terapia de Pareja

Terapia de Pareja (I), un paso importante

La terapia de pareja se menciona entre susurros muchas veces, salvo por quienes ya han acudido o están mejor informados sobre las ventajas de la terapia. En muchas ocasiones se ve como un hecho de que efectivamente la pareja, por acudir a terapia, es ya un fracaso. Y no es así. Podemos contároslo directamente, pero mejor a través de unos ejemplos humanos que nos dicen por qué acudir a terapia de pareja puede ser tan decisivo.

Terapia de pareja cuando la comunicación falla:

Fran está taciturno, no se comunica, apenas llega de trabajar, se encierra en su despacho hasta la cena o mira la tele en silencio, sin apenas sacar temas de conversaicón. Vero trabaja desde casa, online, y pasa muchas horas sola sin más conversaciones que las del teléfono o por Skype. Siente que incluso cuando Fran está en casa está sola. No quiere molestar, no quiere sacarle demasiados temas de conversación porque lo ve cansado, puede que desencantado: no lo sabe a ciencia cierta porque no sabe cómo abordarlo, cómo preguntarle qué siente. Cuando están con amigos vuelve a ser ese Fran extrovertido y de sonrisa fácil, pero se meten el coche y es como si se apagara.

Fran por su parte nota a Vero silenciosa, más lejana, siente que ya no habla con ella como antes, pero la ha visto leyendo cosas que ni le suenan, cuando antes pasaban horas hablando de libros; también cómo su trabajo evoluciona y cada vez echa más horas, lo cual está bien, pero apenas sabe qué está haciendo más allá de “consultoría”. Y no quiere preguntar porque en sus horas de ocio seguro que no quiere hablar de ello, así que intenta distraerse en el despacho o viendo la tele.

Estamos ante una situación en la que una terapia de pareja ayudaría a “reconectar” a ambos, al encontrarse con un actor neutral que permitiría centrar una conversación y volver a sentar esas bases que a veces la rutina puede erosionar y el estrés del día a día hace que se invisibilicen esos lazos que, sin embargo siguen ahí.

Relaciones íntimas. Terapia de pareja cuando la pasión se extravía.

Lara y Manu viven juntos desde hace ocho años. Manu es artista, trabaja en un pequeño despacho de diseño y siempre está liado con un montón de proyectos y deadlines que cumplir. Y por desgracia esa presión laboral muchas veces se le pega como una rémora, le cambia el humor y aunque trata de mejorarlo sabe que está distraído, que duerme poco y ya no recuerda la última vez que se acercó a Lara con ánimo juguetón.

Lara por su parte está muy preocupada. El paro se acaba y no es fácil encontrar un trabajo medianamente decente. Se ha esforzado y mucho, ha ido a programas de reorientación laboral, ha pateado calles, comercios y cafeterías. Le han salido trabajos eventuales de muchas horas por poco dinero y no puede evitar sentirse fracasada por un lado, dolida por su situación y la injusticia que supone no poder aportar en casa. Manu no se ha quejado en absoluto, pero siente que no puede acercarse como antes, que está en una situación, que, aunque sabe que en realidad no es así, es dependiente de cierta manera de él trabajo de él, que está bien remunerado y que sabe que ha pedido más horas para suplir el sueldo de ella y poder pagarlo todo.

El día a día, las presiones, la compra, la casa, el salir y patear, el llamar a la orientadora, el ver la cara de desencanto de él cuando le pregunta si ha salido algo hace que esa llama que antes los abrasaba a los dos se haya desvanecido, que en la cama no haya nada más que un hueco entre las sábanas. Y se quieren, pero no se tocan. Y no saben por qué, pero saben que no está bien, que necesitan volver a atizar esas brasas, pero tampoco saben cómo porque siempre aparecen esos negros nubarrones que todo lo enturbian…

Ese es el momento en el que la terapia de pareja puede servir para reavivar lo que sin duda existe, pero a veces no podemos sacar por nosotros mismos. La terapia de pareja es un mecanismo tanto de reconexión como de conciliación, con la otra parte, o con nosotros mismos.

Y la terapia de pareja parte de un principio: querer arreglarlo, querer superar una situación y ser conscientes de que solos no se puede, de que a veces las cosas fallan, que nuestras mentes están ocupadas en otra cosa o en otro círculo del que se ven incapaces de salir.

Continuará…