ansiedad verano

Ansiedad en Verano

¿Crees que el verano es sinónimo de relajación y paz? o por el contrario, ¿el verano te genera emociones negativas y estrés? Si  tu respuesta a la última pregunta es sí, ¡estás en el lugar correcto! En este post, te contaremos 5 tips para evitar la ansiedad en vacaciones.

Para muchos, el verano es sinónimo de bienestar: sol, montaña, tapeo y cervecitas al sol… Pero la realidad es que no para todo el mundo es así, para una gran cantidad de personas, esta época estival les produce mayor desazón, estrés e incluso, son víctimas de ansiedad en vacaciones.

¿A QUÉ PUEDE DEBERSE LA ANSIEDAD EN VACACIONES?

  • Tener mucho tiempo libre: Actualmente estamos acostumbrados a tener millones de cosas que hacer a diario y el hecho de no tener nada que hacer, solo descansar y disfrutar de tus vacaciones suele producir ansiedad ya que se tiene la sensación de no estar haciendo algo productivo.
  • Pasar mucho tiempo en familia: Muchas personas no están acostumbrados a pasar mucho tiempo en familia y tener que pasar todo el día con ellos también puede producir ansiedad. Es necesario saber que, en estos casos, las vacaciones revelan problemas en las relaciones que normalmente no se aprecian por el ajetreo del trabajo y del día a día.
  • El calor: Parece mentira, pero con la elevadas subidas de las temperaturas, aumenta la irritabilidad y con ella la ansiedad. Aunque siempre depende del temperamento de cada uno, hay personas que disfrutan de las altas temperaturas y encuentran su bienestar anímico con la llegada del verano.
  • Uso excesivo de los dispositivos electrónicos: Existen numerosos estudios demuestran que recurrimos a las pantallas para acabar con el aburrimiento o cubrir una falta de afecto. Además, a través de las redes sociales se ha creado una falsa realidad que obliga a la mayoría de personas a compararse y a crear frustraciones que hasta el momento no se habían conocido.

Te contamos el resto en el post de Gabinete de Psicología Málaga

relaciones familiares

Nuevas maneras de vivir y consecuencias en la psicología

Para bien o para mal nos ha tocado vivir una vida en que la mayoría de las personas tenemos muchas cosas a nuestro alrededor, aunque sean pequeñas cosas que no nos cueste demasiado esfuerzo ni dinero conseguir.

Cosas que podemos obtener y queremos obtener con la máxima celeridad posible, no queremos esperar y si tenemos que esperar nos causa una gran desazón y ya no merece ni la pena ni nuestro esfuerzo.

Compramos con un “click” y a la mañana siguiente ya lo tenemos en casa.

Compramos de manera rápida (muchas veces sin pensar) artículos que al cabo del tiempo nos damos cuenta de que ni hemos usado o que se nos había olvidado que los habíamos comprado. Un libro, un jersey, algo de comida…

Para bien o para mal nos ha tocado vivir una vida en que pequeñas cosas nos llenan de frustraciones, no queremos pensar, sentir y mucho menos tener que sufrir por algo que podemos conseguir con un “click”. Queremos que no nos cueste esfuerzo y eso…no siempre es lo mejor.

Así si se nos rompe un móvil, una lavadora, un mueble, un pantalón o cualquier otra cosa nos es más fácil tirarlo, reemplazarlo y comprar otro que mirar si tiene arreglo o molestarnos en intentar arreglarlo.

compra compulsiva, ansiedad

Os preguntareis que tiene que ver esto con la Psicología.

Cada vez vemos en los despachos de Psicología observamos menos tolerancia a la frustración, más ansiedad por consumir y poca paciencia a esperar, a esperar cualquier cosa o a cualquier persona.

Nos es más fácil si discutimos con un amigo “reemplazarlo” que intentar arreglar una relación, al fin y al cabo “comprar” un amigo nuevo está al alcance de cualquiera con el sinfín de actividades que hacemos.

Nos es más fácil si discutimos con un familiar dejarnos de hablar que “perder” el tiempo en innumerables cafés y conversaciones para intentar arreglar una relación, al fin y al cabo, no tenemos tiempo para realizar un autoanálisis y ver qué parte de responsabilidad puedo tener yo mismo en el deterioro de esa relación.

Nos es más fácil apuntar a los niños a numerosas actividades, dejarles una Tablet, un móvil, televisiones en cada habitación que estar después de una dura jornada laboral jugando, “perdiendo el tiempo” o viendo películas infantiles en vez de una serie que me haga desconectar del día a día.

¡Qué decir de una pareja!. Cada vez son más las rupturas que vemos a nuestro alrededor, parejas que a las primeras dificultades deciden separarse, ya sea después de un período de enamoramiento, cuando nace el primer hijo, ante la enfermedad, problemas con familias políticas…personas a nuestro alrededor que vemos que se separan y al poco tiempo están con otra pareja frustrándose porque viven con la nueva pareja lo que vivían con la anterior y les causaba ese malestar,  mejor volverse a separar que acudir a terapia y ver qué está sucediendo, y así término “comprándome” una nueva pareja.

Pues eso, que aquí estoy pensando que es más fácil lo nuevo que reparar, sea un utensilio o una relación.

Es más fácil, aunque el costo a nivel personal no es tan fácil de asumir y viene dado en forma de Ansiedad, depresión, frustración, pobres relaciones sociales e innumerables conflictos familiares.

Ufff, pensando en todo esto me ha entrado “mal rollo”, debería pensar y trabajar qué estoy sintiendo porque si no, no me voy a poder dormir, bueno…creo que será mejor y más rápido un ansiolítico, un somnífero y mañana algo me compraré u otra cosa haré.

Psicología en Málaga post pandemia

Que aún no tenemos claro del todo el momento “post” pandemia, pero desde luego las implicaciones psicológicas que está teniendo la situación, sí que está mucho más clara. Así como la importancia de contar con un profesional de la psicología en Málaga, si esta es tu ciudad, que pueda ayudarte y suponga una forma más tranquilizadora de afrontar las consecuencias que toda esta tensa situación ha tenido. Tensa emocional y psicológicamente, además de en muchos más ámbitos, por supuesto.

Desde el ámbito de la psicología (y por ende, en nuestra ciudad), hemos observado que han crecido los casos en los que las personas conscientes de que necesitan ayuda recurren al profesional de la psicología en Málaga para afrontar dichas repercusiones: ansiedad, fobia social, síndrome de la cabaña, depresión, además de otros miedos e inseguridades, tensiones con la familia y la pareja, la vuelta al trabajo, afrontar que nuestros hijos vuelven al colegio y ahora más, con el final del estado de alarma.

Recurrir al profesional de la psicología supone un momento de plantar el pie en pared, como se suele decir para poder rehacerse, coger fuerza y ser conscientes de que necesitando ayuda, un psicólogo profesional es lo que necesitamos.

La ansiedad es algo que se puede dar, algo que se puede trabajar con tiempo y terapia pero también está bien, que hay muchos detonantes que la pueden hacer aparecer, sobre todo en circunstancias como las que vivimos ahora que demandan mucha atención, cambios, adaptabilidad y capacidad de respuesta en nuestro día a día.

Un psicólogo ahondará en los motivos que la desencadenan, te ayudará en su gestión y comprensión y sobre todo, teniendo la experiencia necesaria, sabrá elegir la mejor manera de abordarla en función de los muchos factores intervinientes.

Lo mismo con las diversas afecciones que hemos mencionado como la fobia social, el síndrome de la cabaña, la depresión o la terapia de pareja, que también está siendo una de las demandadas dada la situación.

Si tienes alguno de estos problemas, necesitas un poco de ayuda, orientación, un profesional que te guíe y te escuche, Javier Psicólogo Málaga está ahí, ahora en el nuevo despacho en el Centro de Málaga, donde te atenderá encantado, aunque también dispones de la modalidad online si no deseas desplazarte de casa.

ansiedad Málaga

¿Qué indica mi ansiedad?

¿Qué indica mi Ansiedad?

La Ansiedad es una emoción que nos prepara para la acción, nos pone en alerta y nos moviliza para la ejecución de una tarea o para el afrontamiento de un peligro.

Podríamos decir que una cosa es la ansiedad “normal”, aquella que tenemos cuando vemos que llegamos tarde al trabajo, ante un examen, hablar en público, una cita… y otra cosa es la ansiedad que nos causa malestar, aquella que no podemos dominar y nos ocasiona toda una serie de sintomatología disfuncional que dificulta nuestro día a día.

En este post nos vamos a centrar en la Ansiedad que nos causa malestar. Aquella que no podemos controlar, que provoca una sintomatología que nos hace acudir a Terapia o a tomar fármacos, la cual muchas veces no sabemos a qué es debida.

La Ansiedad se produce principalmente por tres motivos o causas: Predisposición, Desencadenantes y Mantenimiento.

1. Predisposición. Nos estamos refiriendo a genética, personalidad y estilos de crianza. Aquí entraría la vulnerabilidad genética que tenemos a padecer ansiedad, nuestro tipo de personalidad y el cómo hemos sido criados, qué nos han ido inculcando a lo largo de nuestra infancia y pre-adolescencia. ¿seguridad, miedo, incertidumbre?, lo que en Psicología está muy relacionado con los tipos de apego (seguro, ansioso y ambivalente).

2. Desencadenantes. Es la ansiedad más fácil de identificar ya que conocemos el origen. Una ruptura de pareja, un despido, accidentes, discusiones, decepciones…

3. Mantenimiento. ¿Qué hace que se mantenga la Ansiedad en nuestra vida? A veces lo que hemos intentado para solucionar el problema ha hecho que se mantenga. Otras veces el propio miedo y malestar que nos causa la ansiedad hace que se cronifique, se convierte en un círculo vicioso del que nos cuesta salir.

Entre los factores de mantenimiento ocupa un lugar especial la “evitación”. Cuando algo nos produce Ansiedad tendemos a evitarlo, ese propio evitar es lo que muchas veces hace que cada vez el malestar sea mayor.

No se trata de exponerse a todo por no evitar, esto suele ser un error muy común, se trata de afrontar situaciones desde el control, desde la seguridad ante lo que estamos haciendo.

Pensemos en un niño que le da miedo la oscuridad, apagarle todas las luces día tras día hasta que se acostumbre solo valdría para traumatizarle, pasarlo mal y poco más.

Un afrontamiento correcto sería acompañarle, dejar una luz tenue al principio y, acompañar ese afrontamiento conductual con explicaciones, así también estaremos trabajando los pensamientos irracionales asociados al miedo, dando indicaciones de qué está sintiendo y que está pensando. Trataremos de inculcar la idea de que lo que está pensando y sintiendo es lo que crea la ansiedad y el miedo.

ansiedad malaga

En el despacho de psicología de Javier Álvarez en Málaga planteamos que la Ansiedad en realidad es nuestra amiga, (una amiga que es cierto es muy molesta), pero al fin y al cabo una amiga que viene a decirnos que algo no va bien, que algo en nosotros o en nuestra vida nos está creando malestar y no estamos sabiendo gestionar o estamos ignorando.

El problema que hay es que como es una amiga muy molesta no la escuchamos, y ella como es muy “pesada” cada vez nos visita más a menudo, es muy insistente, terca, no calla, habla más y más alto (cada vez más síntomas, de mayor duración y de mayor intensidad).

Nosotros intentamos ignorarla cada vez más, intentamos no escucharla haciendo más actividades, distrayéndonos, no pensando y si el malestar es muy alto tomando algún ansiolítico. Todo con tal de no escucharla, de no tener Ansiedad, ante lo que paradójicamente cada vez nos sentimos peor, con más ansiedad y más desanimados.

Podríamos utilizar la analogía de un comercial con exceso de celo que nos llama muchas veces y nosotros no le atendemos. El comercial sigue llamando, realizando su función, que es la de comunicarnos un mensaje. ¿Qué sucede cuando nos ponemos al teléfono y afrontamos esa llamada? Exacto, se transmite el mensaje y se acabaron las llamadas, se da cuenta que no vamos a comprar su producto, puede insistir alguna vez más, pero si nos ve con determinación dejará de llamar.

Pero… ¿Qué indica mi Ansiedad? En Terapia trabajamos marcando dos objetivos: uno la disminución de toda la sintomatología asociada a la ansiedad y dos entender (escuchar) a la ansiedad para localizar el origen, buscar y afrontar aquello que me produce malestar.

Para disminuir la sintomatología de la ansiedad utilizaremos técnicas enfocadas a la fisiología, como por ejemplo relajación, aprender a respirar, mindfulness, normalización, distracción…depende de cada persona será más adecuada una intervención u otra. Hay momentos en que el nivel de Ansiedad es muy alto y será necesario recurrir a algún tipo de fármaco, siempre, siempre debe ser prescrito por el facultativo correspondiente y no a demanda de cada persona o situación.

Una vez que el nivel de Ansiedad no es invalidante comenzamos a trabajar qué es lo que puede estar provocando ese malestar, y esto lo realizaremos con técnicas cognitivas que nos ayuden a explorar y a encontrar el origen.

Una vez que hemos encontrado el “origen”, nuestra amiga la Ansiedad nos abandonará, ya no hay mensaje que dar, la hemos escuchado y su función en nosotros habrá finalizado.

Pero, entonces… ¿Qué hacemos cuando sabemos cuál es el “mensaje?. Aquí solo se me ocurre contestar un enorme DEPENDE. Habrá veces que podremos modificar el origen de lo que nos causa la ansiedad y nos enfocaremos en esa tarea, otras veces tendremos que ACEPTAR algo que no me gusta, pero que no puedo cambiar, pero…  eso es otro tema.

El nuevo año, objetivos y psicología

Un año más que entra y que puede suponer un desafío para nosotros.

En estas fechas es habitual plantearse objetivos nuevos y a muchas personas les puede causar ansiedad. Ansiedad materializada en: ¿y si no lo consigo? ¿Y si lo que me planteo no es realista y me voy a deprimir por no conseguir nada? ¿No sería mejor no plantearme nada porque no podré conseguirlo?

Esos pensamientos negativos que nos pueden asaltar solo ponen de relieve la preocupación por los tipos de objetivos que nos planteamos y, en muchos casos, solo deberemos tener en cuenta que esos objetivos, esos propósitos, están orientados a conseguir cosas que aporten en nuestras vidas.

Si vamos a un psicólogo en Málaga como Javier Álvarez, podremos comentar estos aspectos, tanto presencialmente como online, para poder pensar cuál es el mejor curso de acción.

Lo importante a la hora de fijar esos objetivos es:

Que sean realistas: para percibirlos como algo realmente asequible, que tengan un poco de desafío no es malo, es lo que hace que nos esforcemos.

Variables: lo que nos fijemos como objetivo no está escrito en piedra y nuestras circunstancias personales, laborales, familiares, los pueden hacer variar. Quizás una de las lecciones más importantes  que podemos sacar de ello es la adaptabilidad, el ser capaces de adecuarnos a las situaciones y adaptar esos objetivos al momento presente sin que por ello la ansiedad de no conseguirlo nos haga mella.

Calidad a cantidad: es mejor centrarnos en dos o tres objetivos pero que nos vayan a aportar mucho de forma realista y asequible que ponernos veinte y luego no poder ir a por ellos porque a veces un objetivo puede pisar a otro o tener prioridades, además de que adaptarlos a los cambios, los veinte a la vez, puede ser dificultoso. Céntrate en pocos pero que realmente veas que te van a valer la pena.

Entra en detalle: no hace falta que hagas un plan de conquista de cada uno pero puedes centrarte mejor y que dejen de ser algo etéreo si los pones por escrito y elaboras una pequeña lista de lo que necesitas para dar el objetivo por cumplido o de los pasos a dar para conseguirlo. Haciéndolo así no solo lo interiorizas sino que verás que se trata de algo más asequible al tener pasos específicos que seguir como guía. Pero, de nuevo, adaptabilidad: los pasos pueden variar según las situaciones.

Estos son algunos consejos rápidos en cuento a los objetivos para un nuevo año que puedan llevarte a disfrutar más de tu vida y tu salud mental. Si en cualquier ocasión sientes que necesitas ayuda, pedirla siempre es un acto de valentía, y los profesionales como Javier Álvarez, psicólogo en Málaga siempre están ahí para escucharte.

¡Que tengas un buen año!

navidad y psicología

Navidad, Covid y Psicología

NAVIDAD, COVID Y PSICOLOGÍA

Ya están aquí, se acercan las fiestas navideñas  y vienen cargadas de incertidumbre ante cómo las festejaremos, incertidumbre que dificulta el poder adaptarnos a no saber muy bien qué haremos y con quién.

Las restricciones que estamos padeciendo, los cierres perimetrales, familiares en otras ciudades, no poder organizar viajes, vacaciones, reencuentros familiares… son situaciones que están provocando ansiedad, estrés, bajo estado de ánimo e irritabilidad.

Javier Álvarez, Psicólogo General Sanitario con despacho en Málaga nos ofrece algunas pautas para no sentirnos desbordados y, poder realizar un mejor afrontamiento de la situación, de la Navidad que tenemos llamándonos a la puerta.

Aceptación. La Aceptación no es lo mismo que la resignación. En la resignación hay lucha contra la situación y esa “lucha” provoca frustración ante lo que estamos vivenciando.

La Aceptación tiene que ser emocional y mental. Se trataría de ¿qué puedo hacer yo ante esta situación? Sí, no me gusta, no es lo que tenía planteado, pero es así y no lo voy a poder cambiar… ¿Cómo lo puedo vivir con el menos malestar posible? ¿Cómo puedo facilitarles a los de alrededor esta situación?

Planificación. Es importante planificar, adelantarnos a la situación. A las personas nos genera mucha angustia la incertidumbre, el no saber.

Es recomendable hacer planes, “planes abiertos y dinámicos” para irnos adaptando a las nuevas medidas o imprevistos que vayan surgiendo, los cuales visto lo visto, surgirán.

Dar seguridad a los niños. Los niños no tienen la vivencia de las Navidades que los adultos, para ellos son fechas muy especiales de ilusión y disfrute. Al dar seguridad a los niños conseguiremos que su vivencia no sea traumática, a la vez que les estaremos enseñando a cómo hacer frente a las dificultades y los imprevistos de la vida. Estaremos trabajando con ellos de una manera indirecta la Resiliencia.

¿Cómo recordarán estas Navidades dentro de unos años?, es algo que en gran medida dependerá de nosotros, los adultos. ¡Demos seguridad a los niños para que puedan disfrutar, en su inocencia, de estas fechas! Así, quizás, también podamos hacerlo nosotros.

Dejémonos ilusionar por el espíritu Navideño. Sí, soy consciente que no es fácil, que hay familias y colectivos que están viviendo verdaderos dramas y que hablar de ilusión y celebración puede resultar ofensivo y no es la intención que nadie se sienta ofendido.

Aprendamos de colectivos como los servicios médicos, no es lo mismo trabajar con una actitud negativa y derrotista que cuando les vemos en nuestros televisores, en situaciones muy complicadas, con un gorro de Papa Noel, eso es actitud, y eso es buscar ilusión donde es difícil encontrarla.

Ante una situación crítica la situación es la que es, pero la vivencia de cada persona es diferente. ¿Cómo la vamos a vivenciar  nosotros?

Recordemos qué es la Navidad. Para los creyentes les será más fácil recordar que se celebra en la Navidad, los que no lo son puede serles útil realizar introspección sobre que es para ellos la Navidad, buscarle el lado bueno a la familia, las vacaciones, el periodo de ilusión, magia y noches especiales.

Cuidémonos. Hagamos actividades que nos hagan sentir bien, que nos ayuden a desconectar o “cargar pilas”, tales como deporte, películas, música, hablar con amigos, lectura… cada cual conoce que le hace sentir bien.

Aprovechemos las nuevas tecnologías. Que no nos podamos juntar no quiere decir que no nos sentamos cerca los unos de los otros. Videollamadas, mensajes de voz, uvas virtuales… todo lo que se nos ocurra para no sentirnos solos será una buena conducta que repercutirá positivamente en nuestro ánimo y en nuestro bienestar emocional.

Pasar una Navidad “diferente”, “rara”, “difícil”, es una contrariedad pero el objetivo es que el año que viene y los siguientes las podamos celebrar como le guste a cada cual, recuperar una nueva normalidad y poder llevar adelante una salud mental adecuada.

Si tienes alguna dificultad o necesitas ayuda para equilibrarte de cara a estas fechas, Javier Álvarez, psicólogo en Málaga, te puede ayudar.

¡Felices fiestas!

Los Celos en Pareja. Psicólogo en Málaga

Una de las conductas que causan más malestar en uno mismo, en la pareja y que más nos encontramos trabajando en Terapia de Pareja como psicólogo en Málaga, son los celos, lo que denominamos conducta.

Podríamos definir los celos como un sentimiento de alta intensidad que provoca malestar emocional y conductas disruptivas en la pareja, poniendo la relación en crisis constantes que generan una relación disfuncional.

Disfuncional porque provoca una merma de la calidad en áreas como el intercambio de reforzadores positivos, la comunicación y principalmente menoscabando la confianza.

Los celos surgen cuando interpretamos algún estímulo o situación como amenazante para nuestra relación.

En este punto es importante distinguir entre “celos racionales” y “celos irracionales”.

Todos, en mayor o menor medida hemos sentido alguna vez a lo largo de nuestra vida la emoción de los celos, de una manera sosegada, racional, sabiéndolos interpretar y regular la intensidad emocional que nos generan. 

El problema surge cuando interpretamos un estímulo, ya sea una persona o una conducta como una amenaza, una amenaza para nosotros mismos o nuestra relación, y, convertimos algo “normal” en algo irracional, decimos irracional ya que no hay motivo para lo que estamos pensando, sintiendo y probablemente haciendo.

Es cuando por ejemplo “sospechamos” de un mensaje de whatssap, un café, una llamada, una mirada… cualquier situación es buena para dejar volar nuestra imaginación.

Nos convertimos en verdaderos detectives, miramos el móvil de nuestra pareja, su correo, podemos llegar a seguirla, hablar con amigos, aparecer en el trabajo con alguna excusa, cualquier cosa que pueda llevar a hacernos ver que estamos en lo cierto, que no es que yo sea celoso, es que tengo motivos para desconfiar.

Como además en los celos hay una conducta ansiosa acompañada de pensamientos negativos la interpretación de lo que estamos vivenciando nos hace ver real lo que es irreal. “Todo cuadra en nuestra mente”.

Las personas que sufren de conducta celotípica suelen tener (a grandes rasgos) dos características que hacen que se retroalimente dicha conducta: la inseguridad y la baja autoestima.

  • La inseguridad nos hace ver “amenazas”. Vemos  un peligro en agentes externos que no podemos controlar. De hecho las personas que sufren celos intentan “controlar” como mecanismo para la disminución de la ansiedad que padecen, sin darse cuenta que de tanto controlar acaban descontrolando (paradoja del control).
  • La baja autoestima provoca la comparación constante, una comparación distorsionada por el propio malestar.

Los psicólogos trabajamos los celos en Terapia Individual o en Terapia de Pareja.

Es recomendable alguna sesión con la pareja para ayudar a entender el porqué se producen los celos y el cómo podemos ayudar a tratar y superar los celos.

En una Terapia Psicológica, como psicólogo en Málaga, trabajamos las áreas deterioradas de la pareja como por ejemplo el control que se realiza, la desconfianza, el intercambio de reforzadores o el desgaste emocional que se ha producido.

A nivel individual se trabaja la Inseguridad, la Baja Autoestima, el cuestionamiento de la interpretación sobre hechos y nuestra pareja, el concepto de engaño, y aquellos pensamientos relacionados con el miedo: el miedo a perder a alguien sin darse cuenta que la pareja se deteriora, no por lo que yo estoy erróneamente interpretando, sino por todo aquel desgaste que estoy provocando en mí y en mi pareja.

ansiedad social

Sobre la ansiedad social

El Trastorno por ansiedad social (TAS) también es conocido como Fobia Social. Se caracteriza por el miedo antes situaciones sociales que pudieran resultar embarazosas. Antes de lo que hemos vivido por la pandemia del COVID-19 era el trastorno más generalizado entre los trastornos psiquiátricos.

A día de hoy no hay estudios post-Covid que marquen la prevalencia, pero, parece bastante evidente que la prevalencia en la población habrá aumentado.

Caracteriza a la ansiedad social la evitación, nos convertimos en expertos en evitar cualquier situación social que nos provoque malestar, cayendo en la trampa de que a mayor evitación más ansiedad social, a más ansiedad social mayor evitación y, así nos vemos inmersos en un círculo vicioso del cual no somos capaces de salir.

La sintomatología física asociada a la ansiedad social es la típica de los trastornos de ansiedad sobre la que hemos hablado en otros post en la página www.javierpsicologomalaga.com, y suele ser sudoración excesiva, taquicardias, nauseas, sensación de mareo, hormigueo…

Si el malestar es de muy alta intensidad puede derivar en un ataque de pánico.

La sintomatología cognitiva asociada a la ansiedad social suele ser pensamientos irracionales sobre peligros percibidos, sensación de tener que luchar contra “molinos de viento”.

A nivel conductual se caracteriza por la evitación, dejamos de hacer cada vez más cosas porque las percibimos como peligrosas, lugares donde nos puede suceder algo y no encontraremos salida al malestar, como por ejemplo supermercados, cafeterías, reuniones sociales…

En el momento actual que estamos viviendo fruto de la pandemia COVID-19 se ha detectado como la ansiedad social está sufriendo un repunte.

Cada vez más personas nos comentan en el despacho la sensación de malestar y peligro que sienten en determinados lugares, cómo les está afectando un familiar o amigo que no lleva la mascarilla, concentraciones de gente en que no se guarda lo que se ha denominado “distancia social”, niños que no quieren salir a la calle o cualquier otra situación de las innumerables de hoy en día que nos causen malestar.

Es importante que estemos atentos a las señales físicas que nos manda nuestro organismo, lo que es acorde a lo que estamos viviendo y lo que es aumentado por la percepción de peligro.

A nivel cognitivo, tenemos que parar, parar y analizar.

Distingamos entre peligro y riesgo. Si tomamos medidas de autoprotección ante la pandemia el porcentaje de peligro queda disminuido sino extinguido.

¿El riesgo?…El riesgo siempre existe, en cualquier faceta de la vida  hay riesgo.

Distinguir entre peligro y riesgo puede ayudarnos a protegernos y en el caso que estamos planteando hoy, no desarrollar un cuadro de Ansiedad Social o disminuirla.

Recuerda que puedes comentarnos y contar con nosotros en javierpsicologomalaga.com

ansiedad y nueva normalidad

Volviendo a la normalidad con mascarilla

Volviendo a la normalidad con mascarilla, gel hidroalcoholico, haciendo cola y esperando un rebrote

Pues sí esta es la tan cacareada “nueva normalidad”.

Una nueva normalidad ante la que estamos siendo consultados los psicólogos por la ansiedad y bajo estado de ánimo que está provocando a nuestro alrededor y a nosotros mismos.

A veces hemos hablado en este blog sobre la Ansiedad y cuál es el motivo, el por qué estamos sintiendo sintomatología ansiosa.

Es importante tratar la sintomatología para disminuir nuestro malestar, pero no menos importante es tratar el qué nos está produciendo ansiedad.

A nivel de pensamiento lo que más vemos en el despacho que está influyendo en nuestro estado de ánimo son tres factores:

  • Situación que hemos vivido. En este punto influye los últimos meses, todo lo sucedido a nivel sociedad y, en cómo hemos vivenciado la experiencia y las circunstancias personales de cada uno.

A nivel social ha sido tan extrema la situación que la sensación es de irrealidad, de haber vivido una película cuando íbamos a comprar, trabajar (quien tuviese que ir), bajar al perro, niños en casa y todo el sinfín de situaciones que se han producido. El comentario general es “Es como una película”.

A nivel individual depende, hay personas que han podido vivir un confinamiento “más amable” y hay personas que se han visto inmersas en situaciones muy difíciles por pérdida de empleo, enfermedad o relaciones conflictivas  a nivel pareja o familiar sin poder salir del domicilio.

No es lo mismo quien ha estado en casa sin la presión de un ERTE o sin recursos económicos que aquel que ha estado en casa confinado pero sin la presión de qué será de mí, qué será de mi familia. Hay que personalizar cada caso.

  • Situación que estemos viviendo. Habrá personas que tendrán que realizar un afrontamiento en circunstancias muy difíciles, habrán pagado un precio muy alto ante la pandemia. Son “pequeños o grandes duelos”, pérdida del trabajo, crisis de pareja, falta de recursos, salud y sin olvidarnos de las personas que habrán perdido a alguien en esta pandemia y no habrán podido ni despedirse de ese ser querido.
  • Incertidumbre ante lo venidero. “Una vez leí que la ansiedad era un exceso de futuro y la depresión un exceso de pasado”. Me viene a la mente esa frase para empatizar con las personas que sufren ansiedad o bajo estado de ánimo en estos momentos.

Habrá personas que estarán focalizadas en el futuro más inmediato ante el no saber qué hacer en estos momentos, y, habrá personas focalizadas en el pasado por lo vivido en estos últimos meses.

¿Qué podemos hacer?, ¿En qué te puede ayudar el psicólogo en Málaga?

Como siempre es importante personalizar cada situación y cada persona.

En psicología hay que hacer “un traje a medida” a cada cual, no vale lo mismo a uno que a otro.

A grandes rasgos, realizando un “traje universal” podríamos decir:

Si la ansiedad está centrada en no saber qué hacer, estar bloqueados ante el futuro más cercano nos centraremos en lo que se llama “Solución de Problemas”.

Es importante planificar objetivos, recursos con los que contamos y organizar hacía donde dirigirnos, como reconstruir nuestra “nueva normalidad”.

-Es importante no dejar volar la imaginación, no caer en los “y sí…”; hoy en día estamos viviendo algo no conocido por lo que no sabemos como irá desarrollándose la pandemia. Cuando nuestra cabeza empieza con los “y sí…” se produce un pensamiento catastrofista en que no suele haber y sus positivos.

-Si por el contrario estamos bajos de ánimo por lo vivido o las pérdidas que nos hayan acontecido, dirigiremos nuestra atención y energía a procesar esta experiencia vital e incorporarla a nuestro bagaje personal.

Habrá perdidas que posiblemente podremos recuperar como la salud o laboral, y, habrá perdidas que serán irreversibles como la perdidas de un ser querido, donde tendremos que trabajar el duelo que se ha producido.

cuarentena

Afrontar la Crisis producida por el Coronavirus

Intentaremos en este post dar algunas directrices que ayuden a sobrellevar este encierro que es la cuarentena sanitaria que tanto nos puede beneficiar a todos.

Es importante normalizar (aunque suene mal) lo que estamos viviendo estos días. No deja de ser una situación excepcional que no por transitoria se convierte en menos dura.

Normalizar en el sentido de entender y aceptar que las emociones que estamos sintiendo estos días son emociones adecuadas a lo que estamos viviendo.

Es importante aceptar que sentir miedo, ansiedad, desesperanza y/o cualquier otra emoción es completamente normal. A fin de cuentas las emociones bien gestionadas nos indican nuestra relación con el entorno y saber manejarlas es lo que hace que tengamos una relación sana con ellas y con lo que ocurre a nuestro alrededor.

Habrá momentos del día en que iremos oscilando del pesimismo al optimismo. Es normal, no deja de ser una prueba exigente esta situación que vivimos.

Lo que no podemos dejar y ahí es donde hemos de trabajarnos es que dichas emociones gobiernen nuestro día a día.

Es importante la información pero lo perjudicial es la infoxicación: el exceso de información; el estar “pegados” todo el día al televisor esperando información nueva. Tenemos que obligarnos a desconectar de la saturación de información y dedicar tiempo a otras cosas.

¿Cómo enfrentarnos al día a día?

Lo principal es establecer rutinas. Un día puede pasar muy rápido o hacerse eterno; para ello establecer rutinas es primordial.

Si tenemos niños tendremos un trabajo más duro que hacer, tenemos que entretenerles, hacer que mantengan su actividad escolar y animarles, ¡casi nada!

A los niños es imprescindible darles seguridad, deben ver que nosotros no estamos desbordados, que mantenemos nuestro buen ánimo, según la edad se les puede explicar pero desde una perspectiva de luchar contra una contrariedad de la que vamos a salir.

Son días que pueden ser una oportunidad para estar juntos en familia, si nos damos cuenta uno de los mayores problemas de nuestra sociedad es la falta de tiempo, bien, pues de una manera impuesta (y no deseada) vamos a tener la oportunidad de tener tiempo para hablar, jugar cocinar, colocar cajones, pintar, leer, ver series…

Nuestros pensamientos tienen que ser nuestros aliados, esto es una lucha que tenemos, que vamos a ganar y para ello tenemos que poner nuestra cabeza a trabajar en positivo.

Pensemos que cada día es una batalla que hemos ganado y vivamos cada día acorde a esta lucha.

Hace poco me decía una amiga que era un confinamiento de ricos, refiriéndose a que dentro de lo malo en la mayoría de las casas las familias están juntas con el frigorífico lleno. Y con papel higiénico.

Pongamos a trabajar nuestras emociones y pensamientos a nuestro favor para realizar conductas que nos lleven a pasar estos días lo mejor posible.

Quedemos en casa, ¿cómo nos puede estar costando tanto quedarnos en casa cuando es algo en que nos va la vida y la de nuestra gente?